La forma en que las personas buscan y consumen información online está cambiando drásticamente. Lo que antes era una lucha por aparecer en los primeros lugares de Google, ahora es una carrera por ser citado por sistemas de inteligencia artificial como ChatGPT, Google SGE o Perplexity. Las marcas que entiendan este nuevo modelo de visibilidad digital tendrán una ventaja decisiva.
En este artículo exploramos cómo dar el paso del SEO tradicional hacia nuevas prácticas como AEO (Answer Engine Optimization) y GEO (Generative Engine Optimization), adaptadas a los motores de búsqueda impulsados por IA. Y, sobre todo, cómo hacerlo desde una perspectiva local, pensando en las particularidades del mercado mexicano.
En el modelo tradicional de SEO, el éxito se medía por clics: más alto en los resultados de búsqueda, más tráfico. Sin embargo, los motores de búsqueda generativos están cambiando las reglas. Ya no presentan listas de enlaces: ofrecen respuestas directas y completas, sintetizadas desde múltiples fuentes.
Este cambio afecta la manera en que los usuarios interactúan con los contenidos. Cada vez más personas no hacen click, sino que se quedan con la respuesta proporcionada por la IA. Por eso, no alcanza con “estar primero en Google”: ahora es clave que tu contenido sea comprendido, seleccionado y citado por los modelos de lenguaje.
GEO (Generative Engine Optimization) es la práctica de optimizar el contenido para que pueda ser interpretado y reutilizado por motores generativos de búsqueda. No se trata solo de posicionarse, sino de ser fuente de información en las respuestas de IA.
AEO (Answer Engine Optimization), por su parte, se enfoca en estructurar el contenido para responder preguntas de manera clara, directa y semánticamente, lo que aumenta la posibilidad de ser citado en fragmentos destacados o respuestas automatizadas.
Ambas prácticas se complementan y marcan el nuevo estándar para la visibilidad digital.
Aquí algunos pilares clave para preparar tu estrategia digital para esta nueva era:
Las IAs no escanean todo el sitio como lo haría un lector humano. Buscan secciones autocontenidas que puedan usarse como respuesta. Por eso, cada bloque de contenido debe funcionar por sí mismo: un subtítulo claro, una idea bien desarrollada y una conclusión o dato útil.
En lugar de enfocarte solo en palabras clave, trabaja sobre preguntas reales: “¿Cómo funciona X?”, “¿Cuánto cuesta Y en México?”, “¿Qué necesito para Z?”. Las búsquedas hoy son más conversacionales y tu contenido lo debe reflejar.
Olvídate del lenguaje rebuscado o excesivamente técnico. Usa frases claras, tono conversacional (sin perder profesionalismo) y ejemplos concretos. Mientras más fácil sea para una IA comprender tu texto, más probable es que lo use.
Implementa etiquetas como FAQPage, HowTo o Product usando schema.org para facilitar la lectura automática de tus contenidos. Esto es especialmente útil si trabajas con productos, servicios o guías paso a paso.
Si usas video o audio, añade subtítulos, transcripciones y metadatos para que también puedan ser utilizados por motores de búsqueda generativos. Esto amplía tus posibilidades de ser citado no solo con texto, sino como contenido multimedia relevante.
Optimizar el contenido para IA en el mercado mexicano requiere entender no solo la tecnología, sino también el comportamiento local del usuario. Aquí algunas prácticas efectivas:
Las métricas tradicionales como visitas orgánicas o posición en Google siguen siendo útiles, pero en el entorno de IA hay que sumar nuevas variables:
Todavía no existen herramientas perfectas para medir esto, pero algunas plataformas emergentes ya ofrecen monitoreo de visibilidad en resultados generativos. También se puede hacer seguimiento manual de cómo responden herramientas como ChatGPT, SGE o Perplexity cuando se les consulta por tu marca o tu categoría.
Estamos entrando en una nueva era de búsqueda, donde la IA se convierte en intermediario clave entre los usuarios y la información. Para las marcas, esto significa que el contenido ya no solo debe rankear bien: debe ser comprensible, útil y digno de ser citado por un sistema inteligente.
Pasar del SEO tradicional al enfoque GEO no es un simple ajuste técnico. Es un cambio de mentalidad que implica repensar cómo estructuras, redactas y distribuyes tu contenido.
Y en mercados como el mexicano, donde las búsquedas son cada vez más específicas, móviles y conversacionales, esta transformación puede marcar la diferencia entre ser invisible… o estar presente justo cuando el usuario lo necesita.