Mucho se habla de la importancia de reducir el uso del efectivo en México, sin embargo, en muchas ocasiones no es claro por qué realmente debemos enfocarnos en esto.
A nivel regional, México se destaca por tener una de las tasas de uso del efectivo más grandes, actualmente el 85% de las compras menores a 500 pesos todavía se hacen en efectivo. Según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2024, nueve de cada diez mexicanos siguen usando billetes y monedas para su vida diaria.
Entonces, ¿qué ganaríamos como país si aumentamos los pagos digitales?
Inclusión financiera
Fomentar el uso de pagos digitales promueve que más personas abran cuentas, usen billeteras electrónicas y accedan a servicios financieros. Esto tiene un impacto positivo a la hora de crear más oportunidades de crédito. “Hoy menos del 25% de las micro, pequeñas y medianas empresas del país, cuya operación suele basarse en el efectivo, tienen acceso a crédito formal. Por tanto, lograr su incorporación en la economía digital al incentivar los pagos electrónicos, es clave para detonar el crecimiento del país, comentó Fernando López, Country Manager de Kushki en México.
Formalización de la economía
Al reducir el efectivo, se disminuyen actividades fuera del radar fiscal, lo que amplía la base tributaria y fortalece las finanzas públicas. De acuerdo con los datos más recientes del INEGI, en 2023 se calcula que la economía informal representó el 24.8% del Producto Interno Bruto (PIB) de México, es decir, aproximadamente 8 mil millones de pesos, los cuáles podrían incorporarse a la base fiscal del país.
Reducción de gastos para los negocios
Manejar efectivo implica costos de transporte, seguridad, almacenamiento, seguros y conciliación de caja. Usar pagos digitales disminuye estos gastos y permite mayor eficiencia operativa. Adicionalmente, los negocios tienen menor riesgo de robos y pérdidas físicas.
Mayor trazabilidad y control
Los pagos digitales generan un rastro verificable de cada transacción: montos, fechas, lugares y participantes quedan registrados en sistemas bancarios o plataformas de pago. Esto ayuda a combatir el lavado de dinero y el financiamiento ilícito. Para las empresas, la transparencia de pagos y gastos, es clave ya que facilita auditorías internas y externas, y permite un control más claro de gastos y presupuestos.
Comodidad para consumidores
El uso de medios digitales simplifica la vida diaria de las personas al ofrecer alternativas más ágiles, seguras y flexibles frente al efectivo. Las personas ahorran tiempo al no tener que hacer filas en cajeros, no es necesario preocuparse por horarios bancarios. Se evitan los problemas de falta de cambio o errores al dar dinero en efectivo. Con un clic o un código QR, el pago se concreta al instante. Y por supuesto, los pagos digitales permiten comprar, transferir o pagar servicios en cualquier momento y lugar, incluso sin estar físicamente en la tienda.
México tiene una penetración del 95.7% en el uso por smartphones, lo cual presenta un escenario particularmente favorable para la adopción de iniciativas como CoDi, Dimo y SPEI, las cuáles son clave para continuar con la adopción de pagos electrónicos.
“Sabemos que el efectivo no desaparecerá de la noche a la mañana, pero reducir su uso es clave para que México avance hacia un sistema financiero más inclusivo, transparente y eficiente”, concluyó López.